Ayer me levanté con un ataque compulsivo de responsabilidad cívica y como el día estaba nublado, agarré la bici, mi D.N.I. y me dirigí alegremente al consulado argentino de mi linda ciudad para cumplir con mi deber cívico.
Como era un poco temprano, no había mucha gente para ser atendida, mi tiempo de espera fue de unos 5 minutos.
En ese tiempo, estaba en el hall de entrada del consulado, y me dediqué a leer las informaciones para la gente en general que ellos siempre pegan en las carteleras: una información me llamó la atención en particular, Era una fotocopia bien grande, calculo que era una hoja de tamaño a3 (información para meticulosos) en la que se pedía la colaboración de los concurrentes al consulado que ayuden al gobierno argentino a dar con el paradero de unas 5 ó 6 personas, todas de origen árabe (andá a saber para qué carajo eran buscadas, pero si usas un poco la imaginación ya te das una idea para qué lado va el asunto). Las caras de los tipos, naturalmente todos caras de árabe, caras que por cierto si te las encontrás en alguna butaca de tu mismo vuelo te tirás por la ventana. Nombres naturalmente impronunciables.
El tema es que a medida que iba pasando la gente, el tipo del consulado que recogía los D.N.I. de la gente (siguiendo alguna instrucción específica) se hacía el logi y relojeaba la fotini del D.N.I. y la comparaba con las fotos de los Ali Baba. Está bien, no hacía otra cosa que cumplir con su tarea encomendada.
El tema es que por un segundo, sólo por un segundo me pregunté si esos árabes irían a presentarse en el consulado argentino con un documento (probablemente falso) sólo para ir a votar.
Si la respuesta fuera "SI", es para darse cuenta del por qué de algunos resultados de algunas votaciones anteriores ...