La semana pasada, en el aeropuerto de Barajas fueron demorados por 24 horas y luego deportados un grupo de brasileños que estaban de paso por España para ir a Portugal a un congreso no sé de qué.
Esta semana, la policía federal de Brasil, aplicó el principio de reciprocidad e hizo algo similar con un grupo de españoles que entraron a Brasil (algunos estaban sin pasaje de vuelta y otros sin dinero suficiente para pasar las vacaciones - fueron los argumentos de la deportación).
Creo que si en el mundo se aplicara el principio de reciprocidad por el trato dado en cada aeropuerto, los argentinos a la hora de viajar al exterior se les frunciría el ojete, ya que les esperará desde interminables esperas por cancelamientos de vuelos hasta que los caguen afanando en los taxis a la salida de los aeropuertos.