Me parece absolutamente intrascendente escribir algo sobre la Cumbre de Mar del plata, pero para ser por lo menos congruente con el Blog, voy a continuar con esa intrascendencia y voy a escribir algunas líneas de lo que pienso (que no es mucho).
No me jodan con Chávez, no existe. Tampoco me vengan con Kirchner que en el único momento que lo mencionan en las cumbres, es cuando se va antes, nada mas. No me vengan con Lula, que lo conozco muchísimo mas que Uds (y no voy a entrar en detalles ahora).
Acá la única estrella es Bush; le duela a quien le duela. La verdad de la milanesa es esa, y chau pinela.
Voy a decir un par de cosas de él, aunque en estos días, TODA LA BLOGÓSFERA le estará dedicando espacio al presidente de los EUA. No importa, seré uno mas hablando de lo mismo.
Miren qué estrella es Bush que hasta el tipo antes de poner un dedito del pie en "La Feliz" movió todo su aparato de marketing, con mas parafernalia que Madonna y Máicol Yápson juntos, multiplicados por 3.
Creo que todo intento de llegar hasta él y meterle un huevazo en la zabiola es en vano, no hay tu tía.
Si realmente quieren hacerle algo de daño, les sugiero lo siguiente:
Invítenlo a un programa de esos periodísticos o de talk show argentinos (esos que exhiben el "nivel" de la televisión argentina de hoy). Lleven esos periodistas/animadores que suelen hacer las preguntas mas imbéciles que la humanidad haya conocido nunca jamás. Que de repente muestren en off algún mensaje (si es con imagen, mucho mejor) de algún pariente lejano o amistad de su niñez de esos personajes que hagan emocionar al tipo, y HÁGANLO LLORAR; golpéenlo bien bajo, donde duele. Háganle recordar aquel pony de su tío de Texas con el que tanto tiempo ha jugado en su niñez y que murió trágicamente cuando el niño Bush intentó darle de comer sus soldaditos de plomo.
Muéstrenle sus juguetes guardados en un baúl abandonado de algún rancho escondido allá en Texas.
Háganlo llorar, y aprovechando que está en "La Feliz", llévenlo hasta la playa, muéstrenle el mar... y que se mande la GRAN ALFONSINA.
Créanme que su servicio de inteligencia no notará el macabro plan.
Eso sí, estén seguros que sea el mismísimo George W. Bush y no algún doble, que seguramente notará la trampa por ser mas listo que el original.