A los residentes em Brasil y brasileños en general que entiendan lo que escribo, los avispo de lo siguiente:
No solo la viveza criolla es argentina. Varias vitivinícolas brasileñas están vendiendo el vino de mesa (aquel que lleva varios tipos de uva, que en algunos casos no es uva, sino mosto de otras frutas) bien baratito, con el rótulo de “selección”.
Te terminan vendiendo gato por liebre. Te abrochan, bah!.
Con todo ese coso de mercosur y protecciones/excenciones impositivas, los productores verde-amarelos están recalientes con la entrada al mercado de los vinos argentinos, uruguayos y chilenos, fundamentalmente.
Con precios mucho mas accesibles en la relación precio/calidad.
Los productores sostienen que en Brasil sobre el precio final del producto 40% y pico son impuestos y el casi 6% el lucro líquido del fabricante. Por eso realizan esa "trapisonda" de embotellarte jugo de fruta barato en una botella de “selección”.
En el medio de esa disputa está la “gilada” que termina comprando porquería...
Para que se den cuenta del problema, y la cultura brasileña del vino, traigo a colación el post de ayer que hace referencia a una fiesta de casamiento. En esa fiesta, a la hora de los saladitos y frios, daban para tomar diferentes tragos alcohólicos, no alcohólicos, cervezas, gaseosas, água mineral y durante una media hora o 40 minutos sirvieron un blanco espumante italiano bastante bueno, pero claro está que como dije 30 minutos, se acabo y punto final.
En las diferentes mesas había copas de vinos (vacías claro). Imaginamos que a la hora del plato central (daban carnes rojas con salsa y la otra opción era pollo) era mas que lógico que se iban a despachar con unos tintillos para degustar mejor las carnes. El vino brilló por su ausencia.
Termine bajando el plato de carne con cerveza (servida en la copa donde debía ser servido el vino) ... uma calamidad.
Baco, perdónalos. No saben lo que hacen ...