jueves, junio 23, 2005
HABLÁ MAS FUERTE QUE NO TE ESCUCHO...
Desde que la rusa María SHARAPOVA, trajo nuevamente los grititos insoportables a las canchas de tenis, se ha despertado el interés de varios científicos, tratando de medir la cantidad de decibeles y estudiar el impacto de tales gritos sobre sus rivales. Se ha medido que SHARAPOVA emite unos gritos de 101 decibeles. No es el único caso. El antecedente femenino que se recuerda fácilmente es el de Monica SELES, quien gritaba a 93 decibeles y Serena WILLIAMS lo hace a 90 decibeles. Entre los hombres podemos mencionar muchos, entre los que se destacan André AGASSI (quien gritaba básicamente en su adolescencia) y Jimmy CONNORS (durante toda su carrera). Lo curioso es que los gritos alimentan los "contra gritos", los que emiten rivales más silenciosos con el fin de no dejarse vencer en la batalla psicológica. Todos los jugadores mencionados niegan cualquier intencionalidad táctica. Según ellos es simplemente una liberación de energía natural al golpear la pelota. LO QUE QUEDA BIEN EN CLARO, VIENDO LOS PARTIDOS, QUE ESOS GRITOS ROMPEN MUCHO LAS PELOTAS. Particularmente no tengo la menor de las dudas que hay una intencionalidad de hincharle las bolas al adversario: Recuerdo que cuando yo jugaba al ajedrez con mis amigos, tenía la costumbre de (en medio de la máxima concentración de mis adversarios) realizar movimientos repentinos, violentos pero muy cortos, rápidos, casi espasmódicos, con la simple finalidad de SACAR DEL PARTIDO al otro. Recuerdo cuando muy jovencito cuando jugaba al fútbol, "hablar" mucho el partido y "hacer tiempo". Siempre me las rebusqué para romperle las bolas al prójimo. Recuerdo haberles hinchado muchísimo las pelotas a mis amiguitos del barrio. del colegio. Mas tarde del laburo. Recuerdo... recuerdo... recuerdo, cof cof ! que la Sra Titín es merecedora sin lugar a dudas del PREMIO NÓBEL A LA PACIENCIA. No sé de qué se quejan ... ya sé, me fui de tema.
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